Frase Semanal

"Aunque sea una locura, ya estoy empezando a pensar que la locura es más sublime que la inteligencia"

November 16, 2006

El viejito y el mesero

Hace algunos tantos de años vivían un viejito y un joven muchacho en una vecindad muy pobre, el muchacho tenía un trabajo de mesero en uno de los restaurantes mas lujosos de la ciudad (ahora no recuerdo muy bien el nombre de este dichoso lugar pero no tiene mas relevancia que saber que era un lugar de mucha clase). Al joven muchacho le gustaba hacerle la vida imposible al anciano, le encantaba quitarle el bastón que este tanto requería para caminar y cuando lo veía que saldría el anciano a caminar fuera de la vecindad (olvide decirles que le entrada a la vecindad era un pasillo de no mas de 1 metro de ancho por lo cual pasar varias personas a la vez era muy complicado), este se igualaba con el y empujándolo toscamente hacia alguna de las orillas el pobre anciano se raspaba contra la pared. Los amigos del muchacho ya habían notado la frialdad con la que su amigo trataba al pobre anciano y siempre le preguntaban -¿Por qué es que lo tratas así?-, cosa a la siempre el contestaba, -por que se me da la gana y por que puedo.
El anciano un día después de limpiarse un raspón que le había propinado este muchacho se decidió a tomar su venganza, por lo que un día mientras paseaba por el parque reconoció ha uno de los amigos de este cruel muchacho y le pregunto donde era que su amigo trabajaba. El inocente muchacho le respondió el nombre del lujoso restaurante y desde ese momento el viejo se puso a tramar su venganza ya con más detalle, busco entre sus ahorros de donde apenas y había el dinero suficiente para darse un banquete de reyes solo por una noche, pero no lo dudo ni un segundo.
Una noche el anciano entro tembloroso al restaurante y cuando el joven muchacho le vio entrar se disponía a empujarle cuando el anciano le dijo:-¡Oye tu mesero que no sirves de nada, dale un asiento a este viejo!- El muchacho se sorprendió al escuchar esto y se detuvo en el acto, a lo que el anciano regaño: -¿Que no oíste? -Quiero un asiento que clase de servicio es este- dijo gritando para que el gerente lo escuchara, tal como sucedió, y el gerente reprendió al muchacho por su tardía reacción, y le obligo a atenderle con mayor cortesía. A lo largo de toda la noche el anciano se paso degradando al muchacho como venganza, humillándolo con su jefe y ofendiendo su pésimo servicio. El muchacho en toda la noche no pudo vengarse del viejo pues era un cliente y si quería mantener su trabajo debía tratarlo como tal. Al final no se si el muchacho comprendió la lección pero así es la vida, el listo se come al torpe.

He raza moraleja de la historia por si no la captaron: “Trata a los demás como quieras que te traten”

2 comments:

David|Lanke said...

La verdad fue que el viejito asesinó al mesero un poco antes de pagar.

El joven se resistía a morir y el viejo le replicó: -Ahora mueres antes que los viejos, tu vida se ha terminado y yo seguiré dando lecciones a jóvenes degradados-. Así el joven mesero murió con un remordimiento de conciencia radical, algunos sospechan que los ataques del viejo no mataron al joven, sino que el joven se suicido al sentir el remordimiento de su negra conciencia.

Die-go said...

Interesante final lanke...aunque claro yo en lo personal no me inclino al suicidio XD.. gracias por darse una vuelta jaja..