¿Quién culpa a quién?

Ciertamente, bien se sabe que me gusta hablar de mis experiencias de vida, mis vivencias o sencillamente mis pensamientos; la presente nota no tiene ni cumple con ninguna de las anteriores características; ahora bien haré llegar a ustedes un mensaje o reflexión a la que nos condujo el Maestro Cano.

¿Qué es el acoholismo?, ¿Quién es un alcohólico?... podrían ser las primeras preguntas a responder para entrar a la idea que perseguimos. El alcoholismo podríamos definirlo como la dependencia que se tiene a las bebidas embriagantes o en su defecto con cierto grado de alcohol. El alcohólico es la persona que padece esa dependencia. Sí, dice padece.

¿Por qué sería algo que se padece?, bien, es una pregunta que se ha de responder con hechos y realidaes, el alcohólico sufre su estado, padece esa dependencia que es provocada a respuesta (reacción) ante los problemas que no pueden resolverse, que tiene la necesidad de resolver, o sencillamente cree que tiene que resolver. Todo esto nos obliga catalogar el problema del alcoholismo como una enfermedad... una enfermedad mental porque es consencuencia de las reacciones a la vivencia diaria (al igual que la compra compulsiva, el sexo compulsivo, la drogadicción, en resumen todos los excesos).

Ante la adicción, ¿qué sigue? Primero que nada, el entrar a la adicción es un ciclo de nunca acabar; a pesar de lo mucho que se diga "yo puedo detenerme cuando yo quiera" la realidad es todo lo contrario. Y no sólo es no salir de esta discapacidad mental, también es un agravante para todo tu ritmo de vida, el hecho de usarlo como "solución-reacción" a los problemas sólo los harán más grandes.

A pesar de esto, y de ser conscientes que toda adicción es una efermedad y discapacidad mental del individuo que la sufre no podemos ser magnánimos para excusar a aquellos de las acciones que realicen, tanto en ese estado, como fuera de él. Las adicciones se vuelven conductas corrosivas para la sociedad, las cuales ya no son dependientes de los efectos del alcohol, acción placentera o la droga; están en el subcosciente del individuo afectado por lo que su "recuperación" es prácticamente imposible.

Sólo queda preguntarnos: ¿quién es el culpable de que la sociedad se corrompa?, o bien ¿es la sociedad que corrompe a los individuos, que a la vez corrompen estos a la misma sociedad?, ¿a quién debemos darle este maldeseado crédito?....

Pésimo control a espera de una buena reacción.

En la mañana muy temprano, dormido en el camión me llevé una sorpresa que me levantó. Al llegar a la avenida Jiménez el camión dio vuelta en dirección contraria a la Universidad a donde me dirigía. Al levantarme apresurado le preguntó al conductor: -¿qué no llegará hasta la UdeM? Me contestó:- No, a partir de hoy la ruta nos prohibieron recorrer ese camino. - ¿Qué, cómo, desde cuándo?, bueno haber, aquí me bajo.

Baje y me dispuse a recorrer todo lo que me faltaba para llegar a la Universidad. Caminando me di cuenta que no había una banqueta, e ir sobre el pavimento era estar sobre el carril por donde pasaban de manera acelerada los carros a pocos metros de mi, en ocasiones tuve la preocupación y saltaba al terreno lodoso que se encontraba al lado del pavimento. Llegué a la parada del camión a donde podía llegar y recordé que habían puesto una malla para no poder entrar por donde siempre, di la vuelta a la malla que me mantuvo caminando por el lodo y llegue a mi objetivo.

Ciertamente el bloqueo de la avenida Alfonso Reyes se debía a su futura expansión, cuestión que no me beneficia en lo más mínimo siendo honesto. Es un riesgo para mi peatón tener que caminar con los carros tan próximos, sin mencionar de cuando sea noche que la inseguridad de caminar en la oscuridad se vuelve una cuestión de peso.

Hago un llamado a la Universidad de Monterrey. Consciencia y prudencia, a espera de una pronta respuesta a la petición que el día de hoy se ha presentado en el Diálogo con el Rector. Se agradecen sus atenciones y su tiempo, estaremos pendientes a sus reacciones.

¿Alcohol y Amor?

Dos palabras muy curiosas, mucha gente la vincula de maneras anormales y otras tantas personas las encuentran tan opuestas que ni siquiera entenderían porqué aparecen en mí título tan cómodamente acurrucadas.

Si bien la gente ha encontrado el vínculo entre el alcohol y el amor podríamos dar algunos ejemplos de ello. El primero podría ser esa sensación de bienestar que provocan en quien los consume, es un estado muy parecido pues da tanto placer y tranquilidad tenerlo corriendo en nuestro sistema que no lo cambiaríamos por nada. Otro ejemplo donde el amor y el alcohol se pueden víncular es la "cruda" que nos dejan cuando todo termina; tanto la depresión y el agobio que un sufre al ser abandonado por el dulce deseo del amor, así como los estragos que provoca la falta de los líquidos que nos quita cada gota de acohol, las sensaciones pueden ser muy diferentes: pero a fin de cuenta se debe a la ausencia del amor o del alcohol.

Bien va el borrachito alcholizado buscando su hogar sin saber bien donde está, pero a sabiendas de que existe sigue tomando y tomando seguro de que algún día llegará. Así vamos, cada una de las personas sin sentido en búsqueda de un amor, sin saber a ciencia cierta dónde estará esperando, pero seguros de que en algún lugar lo encontraremos.

Como dije al principio, aquellos que encuentran el vínculo entre el alcohol y el amor lo hacen en maneras ciertamente anormales, que esto quede claro, tanto el amor como el alcohol, nos hacen actuar fuera de lo normal. La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿qué es lo que causa está anormalidad?

por el simple hecho de...

... escribir, hace mucho que no tenía la oportunidad; en verdad llegué a extrañar de momentos está grata experiencia. La idea de compartir pensamientos y emociones, de hablar con esas personas tan lejos de mí, inclusive con personas a las que ni siquiera conozco. Personas que se dan el tiempo de leer e intentar comprender lo que mis necias palabras quieren decirle al mundo, es lo bonito de escribir, la razón más importante, llegar al mundo a través de las palabras.

Hoy quiero que sea un día solemne, donde me haga el compromiso de ser constante con este placer mío, donde ya no tenga que esperar para poder decir las cosas, donde siempre pueda desahogar el estrés de mis dedos que golpean ansiosos el teclado de esta computadora. Hoy es un día único, el día está perfecto, nada parece estar en mi contra, y todas las posibilidades están frente a mis ojos.

No estoy excusándome por mi ausencia, al contrario… estoy volviendo a las andadas, para de una buena vez quedarme. Un saludo!